Cómo gestionar los cambios
Los componentes principales, que se deben incluir para que gestiones todo cambio de forma efectiva, son los siguientes:- Descripción: una frase que detalle el cambio y que deberá resultar lo más concreta, objetiva y medible.
- Objetivo: la meta deseada. Posteriormente trabajarás otra herramienta, el Gestor de Metas, que servirá para definirla mejor.
- Escenarios u opciones: normalmente son varias las posibilidades que se pueden aplicar, así que indica las distintas maneras o caminos para conseguir el objetivo. Será necesario que comprendas en cada opción todos los obstáculos y ayudas que puedan aparecer. Más adelante, también trabajarás la herramienta Generador de Perspectivas, que te servirá para analizar en detalle las distintas acciones o tareas a incluir en cada escenario.
- Fecha: momento en el que te comprometes a tener el cambio finalizado o concluido.
- Premio: de forma opcional es posible incluir una recompensa que se materializará al conseguir el cambio.
- Recordatorios: aquellas cosas con las que tendrás presente el objetivo y las distintas tareas marcadas. Por ejemplo, una hoja de papel autoadhesiva o un recordatorio en el teléfono móvil o agenda.
- Asistir a un gimnasio cercano a casa al menos dos veces por semana.
- Acudir a un dietista e intentar mejorar la alimentación.
- Rebajar la última comida del día, cenando algo ligero.
- Sin contemplar ningún tipo de excusa, salir el martes pronto de la oficina para ir al gimnasio.
- Reservarme la mañana del domingo para ir a primera hora, y luego disfrutar un poco de la sauna.
- Hacer un seguimiento del peso cada semana, y comprobar que disminuye de forma progresiva.
Cómo gestionar las metas
Establecer los objetivos correctamente es crítico para alcanzarlos o no. Es importante que tengas en cuenta las cualidades de una buena meta. Si una meta no es realista, no existe ninguna esperanza, pero si no es desafiante, no hay motivación. La palabra inglesa smart (inteligente) es un buen truco mnemotécnico para recordar las características esenciales de todo objetivo: específicos (Specific), medibles (Measurable), alcanzables (Achievable), realistas (Realistic) y limitados en el tiempo (Time phased). Para comprender mejor nuestro cambio, puedes hacerte las siguientes preguntas:- Específicos: ¿sé al detalle lo que deseo lograr? Nada de ambigüedades. Los objetivos serán adecuados y claros si otra persona competente puede alcanzar el mismo objetivo.
- Medibles: ¿soy capaz de evaluar mi progreso? Recuerda que no podrás conseguir lo que no puedas medir. Debes ser capaz de medir el cumplimiento de tu objetivo, ya sea con un potente ordenador o con un gráfico lleno de chinchetas colgado en la pared.
- Alcanzables: ¿puedo conseguir el objetivo en mi actual situación? Es recomendable que sea todo un reto, pero tienes que poder conseguirlo con los medios que tienes a tu alcance.
- Realistas: ¿es el objetivo relevante frente a mi propósito en la vida? No hay que despegar nunca los pies del suelo. Sin duda hay muchas cosas que se pueden hacer, pero es más importante saber si se deben hacer.
- Limitados en el tiempo: ¿qué plazo tengo para completar esta meta? Hay que elaborar una línea del tiempo donde vayan marcadas las etapas para llegar al objetivo. Más adelante, el Visualizador de la línea del tiempo te ayudará en esta tarea.
Los objetivos tangibles como por ejemplo, quiero un nuevo trabajo o deseo un coche nuevo, etc., son fáciles de especificar. Sin embargo, cuando los objetivos son abstractos o intangibles, como por ejemplo, quiero mejorar mis relaciones, o quiero ganar más dinero, no resultan tan evidentes. Por tanto, asegúrate de que tu objetivo sea lo más específico posible. Por ejemplo, si tu meta consiste en tener más confianza en ti mismo, significa que puedes hablar en público durante diez minutos sin que te entren sudores fríos y pases la noche anterior sin poder dormir de los nervios. Utiliza preguntas como: ¿qué es exactamente lo que quiero? ¿Puedo describirlo con mayor precisión? ¿Qué veré, oiré y sentiré exactamente cuándo lo alcance? ¿Cuánto tiempo necesito para alcanzarlo? ¿Cuándo quiero alcanzarlo?
Asimismo, es importante definir de antemano algunos indicadores de seguimiento, es decir cómo medir el progreso en la consecución de tus objetivos. Así que decide: ¿cómo voy a medir mi progreso hacia mi objetivo? ¿Con cuánta frecuencia lo mediré? ¿Cuándo y cómo sabré que lo he alcanzado?
Cómo gestionar los perspectivas de un cambio
Cuando desarrollas cualquier cambio, son varias las posibilidades que se te plantean para conseguirlo. Debes ampliar nuevas perspectivas sin limitación alguna, dejando volar tu imaginación, por imposibles que puedan resultar éstas al formularlas. Con la lista en la mano, es el momento de que medites qué ventajas y desventajas tiene cada opción, ¿cuáles son los pros y los contras? ¿Qué consecuencias, buenas y malas, tendrá que ejecutar cada una de las posibilidades de la lista? Siempre se gana y se pierde algo, por más que te niegues a verlo.Ten en cuenta que este es sólo un ejemplo simplificado para comprender la herramienta. Cada vez que realices un cambio, y sigas estos pasos, será bueno que enumeres tantas opciones como puedas, y que habitualmente incluyas la de no hacer nada.
Cambio: |
Practicar tres horas más de ocio a la semana
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Escenario 1:
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Escenario 2:
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Salir con los amigos
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Ver la televisión
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Pros (+)
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Contras (-)
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Pros (+)
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Contras (-)
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Se hacen nuevos amigos o se potencian los actuales | Habitualmente se suele gastar dinero | Puedes ver cosas interesantes | Atonta y fomenta el sedentarismo |
Nuevas experiencias | Muy barato | ||
Escenario 3:
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Escenario 4:
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Ir al gimnasio
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No hacer nada
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Pros (+)
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Contras (-)
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Pros (+)
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Contras (-)
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Mejora nuestra forma física (mejor salud) y mental | Requiere constancia | No hay que pensar | No se consigue el objetivo |
Se pueden hacer nuevas amistades | Es gratis | Aumenta la desesperación |
Una vez finalizado el cuadro de opciones, es el momento de elegir. Si la relación de pros y contras te generan dudas, te costará más elegir el escenario que te permitirá conseguir tu objetivo final. Te guste o no, casi siempre habrá un coste de oportunidad, con las alternativas abandonadas.
Cómo gestionar un plan de acción
Las metas no llevan a ningún lugar sin un plan de acción,porque son éstas las que nos indican los pasos necesarios para alcanzar nuestros objetivos. La esencia de un buen plan de acción es comenzar a partir de una meta a largo plazo. Se empieza estableciendo el resultado que se quiere alcanzar, y luego se van desglosando objetivos intermedios que debemos realizar para llegar a esa meta. Por ejemplo, si tu objetivo es incrementar las ventas en un 20% a finales de año, una forma de crear un plan de acción eficiente, sería analizar cuántos nuevos clientes debes captar cada trimestre, cada mes y cada semana para lograr ese objetivo. La idea es desglosar el objetivo final en objetivos intermedios o hitos a lo largo del tiempo.También es buena opción que pienses en cada objetivo intermedio, que evalúes los distintos riesgos a los que te enfrentas. No siempre sale todo bien, y cuantas más posibilidades hayas meditado de antemano, más preparado estarás para gestionarlas correctamente. En la consecución de las metas, el mayor motivo de estrés viene cuando se afronta la incertidumbre de algo, que no habías previsto inicialmente.
Si en algún paso observamos que existe un riesgo alto que te pueda impedir acabar en el tiempo deseado, puedes prever planes de contingencia para paliarlos, o incluso preparar una contraoferta, para conseguir algo parejo pero que quizá no era el objetivo inicial. El caso es saber siempre gestionar los cambios con la mayor destreza y sin caer en la desesperación.
Fuente: http://autocoaching.es/coaching
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